Con el propósito de proteger y resaltar la importancia de la apicultura, la Diputada Local Mayela Salas Saénz, presentó la iniciativa que conforma la Ley de Fomento Apícola y Protección para los Agentes Polinizadores del Estado de Michoacán, con la cual se pretende dar pasos firmes en la construcción de un andamiaje jurídico, que involucre a los ayuntamientos, a los productores, organizaciones, universidades, académicos, y la sociedad en conjunto en la protección de los agentes polinizadores y con ello el fomento a la apicultura.
La congresista representante de Uruapan Norte, explicó de manera detallada los beneficios que estos antófilos generan para el sustento de la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir. Además de que proporcionan alimentos de alta calidad que desencadenan la apicultura con todos estos productos derivados de la miel y con ello mejoras en la economía de estos sectores productivos, por tal motivo esta Ley además de cuidar su explotación, sanciona los daños generados por personas quienes atentan contra su integridad y reproducción.
Salas Saénz abundó en la necesidad de proteger y cuidar a las abejas, pues se calcula que la tercera parte de los alimentos para consumo humano son fertilizados por este antófilo, por tal motivo solicitó al pleno el impulso necesario para consolidar este ordenamiento, el cual fue elaborado con conjunto con diversas organizaciones de apicultores, de tal forma que se protegiera a este insecto como agente de vida y productivo para la sociedad.
«El propósito de la iniciativa es que las abejas, su cuidado y protección, deben ser consideradas como una prioridad, ya que en ellas descansa, en buena medida, el actual sistema de producción alimenticia; puesto que recordemos que son valoradas como el ser vivo más importante. Se busca, ante todo, establecer una relación armónica entre la sociedad del estado de Michoacán y la apicultura. De esta forma, estaremos dando respuesta a un problema que nos atañe a todas y todos, buscando incentivar la producción de miel de abeja, su exportación, el aumento del consumo interno y, en consecuencia, el resto de los productos apícolas y la cadena de producción». Concluyó.