Por: Rosamaría Sánchez Rincón
A Dariana, mi cuquis loca, en su cumple. Por ser risa y sonrisa, por su locura que da vida.
Hoy perdí a mi Lupe. La mujer se volvió loca y no, no se ha vacunado, apenas le va a tocar en próximos días; pensé que quizá por eso andaba así, por el nervio y el miedo a la vacuna, que si la media hora, que si es buena, que si sí sirve, que la madre del muerto. Total, que anda que no se aguanta.
Pero no, sucede que se siente agraviada, trai-cio-na-da por el “Bebé Juanito” Ramírez, al que le hizo con toda su compasión su pastel la otra semana, y cómo no cuando el hombrecito ya dijo que va sobre las remesas de los migrantes michoacanos y mi Lupe, pos sí, es como una gran cantidad de michoacanos, tiene familia allá en el norte, en los Unites y eso nomás no le gustó nada.
“¿¿¡¡Pos no, pos cómo!!??”, gritó entre nalgadas a la vieja almohada que insistía en devolver a su forma original. Hacía un rato que había terminado el dichoso debate. Yo intentaba procesar lo escuchado; ella me llevaba, evidentemente, la delantera.
Le dije que no, que eso no lo había escuchado yo y más se enojó. ¿Como que por qué don Bebé Juanito va a echarle mano a los dólares de los paisanos?, fue el cuestionamiento constante por horas de mi trompuda ama de llaves. Ellos trabajan allá en lo que pueden, con horarios durísimos, muchos con el sol o la lluvia a plomo. Comen mal, viven a la buena de Dios temiendo a la migra y a políticos como el güero Trump pa mandarle sus dolaritos a su gente, a sus familias. Es su trabajo y su dinero.
Pos sí, terminé accediendo, viéndolo así, la loca de la cocina de mi pobre casa tiene toda la razón del mundo. Pero seguí pensando que quizás había escuchado mal y repetí (sí, soy una tonta mártir) el dichoso debate.
Casi caía rendida de cansancio. Las jiribillas de Carlos Herrera y Cristóbal Arias me mantenían con los ojos abiertos. “Pobre Meche”, volví a pensar, se ganó mi compasión lo mismo que don Hipólito. “Cuando sólo las armas te dan valor”, seguí reflexionando.
Vi en el reloj el tiempo transcurrido, segundo bloque, el de Participación Ciudadana con subtemas de medio ambiente, migración y grupos vulnerables. Recibieron 593 preguntas y 16 videos “sobre temas que preocupan a la ciudadanía”, decía uno de los moderadores. Había pasado una hora con 24 minutos y 53 segundos cuando escuché la voz del “Bebé Juanito” (después de eso, ¡ya la reconozco!). Cristóbal Arias había referido una cantidad de remesas que entran al estado y “Bebé Juanito”, cual niño mamila-estudioso, le aclaró:
“Son 4 mil millones de dólares los que ingresan al estado en remesas” y entonces soltó, queriendo y no, lo que quiere para los migrantes, para ese otro Michoacán que habita en los Estados Unidos:
“La propuesta es muy simple, tenemos que aplicar un Programa de economía migrante para que parte de esos recursos se inviertan en cooperativas, se inviertan en empresas, impulsar el autoempleo pero también, podemos repatriar el conocimiento de nuestros migrantes que han aprendido cosas muy interesantes, técnicas oficios en EU que se pueden aplicar aquí en Michoacán y capacitar para el trabajo”.
Bien dijo la Marta Elba Torres, comadre de mi Lupe. “Nadie lo peló”.
En su tiempo de réplica, marcaba el reloj una hora con 29 minutos y 40 segundos, el candidato de Morena volvió a insistir:
“… Decirlo con mucha claridad, si nosotros damos cauce a que parte de esas remesas se reinviertan en proyectos productivos estoy seguro, porque los michoacanos son muy trabajadores, que lo podremos lograr”.
Sí. Meterle mano a las remesas, a los dólares, a los recursos que con tanto sacrificio mandan los connacionales, los michoacanos allende fronteras; esa práctica que desde Los Pinos ha institucionalizado el presidente: agarrar lo que no es de él, lo que es del pueblo, apropiarse y “administrarlo” para usarlo en sus proyectos fifis. Pos no. Como mi Lupe, yo no estoy de acuerdo.
Por eso los paisanos se han ido, por la falta de apoyo, por la falta de oportunidades. Por la falta de respeto. Y se han ido a rajarse la madre, a luchar, a malvivir para que sus querencias, aquí, tengan qué comer y cómo vivir, ¿por qué ahora tienen que aguantar un nuevo patrón, el que les va a quitar “una parte” para “reinvertir”?
Triste. Lamentable. Y así dicen reconocer y agradecer a los migrantes.
“Bebé Juanito” fue incongruente. Rajón. Tiró la piedra contra mi Papusho y luego escondió la mano y cuando le estuvieron jodiendo que si era el candidato de Godoy (My Lord of the Cards), se quedó callado, agachado, no supo, no quiso, no pudo responder y defenderse, pero sí se les fue a los migrantes, sí les advirtió que, si gana, será su nuevo patrón, allende fronteras. Ridículo y ofensivo. No sé si reír o llorar.
Los contrastes del debate.
• El gallito mevalemadreloquedigasJuanitoRamírez: Herrera.
• El sacatón: “Bebé Juanito” Ramírez.
• Más gris que la calle de mi casa por aquello de la falta de luz: La Meche.
• Ternurita y congruente como es él: Don CAS.
• Al que nadie peló: Don Hipólito.
• La sorpresita: Magaña de la Mora.