La Feria Alternativa y Autogestiva del Libro ha dejado una huella indeleble en su sexta edición, consolidándose como un evento de gran relevancia en la promoción de la cultura y el arte en la región. Durante más de 12 horas ininterrumpidas, cientos de personas se dieron cita en este vibrante encuentro, dejando en claro que actividades como esta son cruciales para el progreso de la sociedad.
La feria, que tuvo lugar en Uruapan, fue un verdadero festín para los amantes de la literatura y las artes. Los visitantes tuvieron la oportunidad de participar en diversas actividades y dinámicas diseñadas para fomentar el hábito de la lectura y la difusión del conocimiento. Además, se llevaron a cabo interesantes charlas y conferencias magistrales, enriqueciendo aún más la experiencia de los asistentes.
Sin embargo, uno de los puntos destacados de esta feria fue el torneo de ajedrez, el cual se convirtió en un referente dentro del gremio y se consolida como una de las competencias más importantes en el municipio de Uruapan. La participación de destacados ajedrecistas, así como la dedicación y pasión de los competidores, hizo de este torneo un evento de alto nivel.
El Campeón Internacional Oscar Labra, reconocido por su trayectoria y experiencia en el mundo del ajedrez, tuvo el honor de dirigir el torneo como árbitro. Labra, utilizando las herramientas tecnológicas más avanzadas, llevó a cabo el emparejamiento de los jugadores y mantuvo un registro preciso de las puntuaciones, garantizando así un ambiente de competencia justo y transparente.
La inclusión del torneo de ajedrez en la feria resalta la importancia de este juego milenario como una actividad que va más allá de la simple diversión. El ajedrez estimula el pensamiento estratégico, la concentración y la toma de decisiones, promoviendo habilidades cognitivas y sociales fundamentales en el desarrollo del individuo.
La diputada Brenda Fraga, organizadora de la feria, resaltó la importancia de este tipo de eventos culturales y artísticos para el desarrollo del ser humano. Según Fraga, la práctica del ajedrez y la participación en actividades culturales estimulan el crecimiento personal y fomentan valores como el respeto, la disciplina y la superación.